Dos grandes vinos de altura

Viñedos de Alcohuaz, en el Valle del Elqui

Ni los excesos de radiación solar, ni la sequedad del aire –por nombrar solo algunas de las dificultades de una viticultura de alta cordillera– fueron impedimento para que Patricio Flaño, Marcelo Retamal y Juan Luis Huerta echaran a caminar, allá por 2005 y a unos 2.200 metros de altitud, el notable proyecto de Viñedos de Alcohuaz. Hoy, desde lo más profundo del valle del Elqui llegan a nuestras copas RHU 2011 y GRUS 2014, dos vinos notables y llenos de personalidad que son el resultado palpable de la atrevida apuesta de estos tres aventureros.

Confieso que cuando estuve en Alcohuaz, probando los vinos de su primera cosecha mientras todavía reposaban en grandes fudres o huevos de cemento, tuve algunas dudas respecto del resultado de aquel ‘experimento’ tan extremo. Recuerdo que los vinos me parecieron un poco desarmados y duros, algo que sin duda el tiempo de guarda fue limando. También sospecho que hoy las parras estar ya bien arraigadas entre las piedras de ese desolado valle cordillerano, y que las inclemencias de un par de inviernos con nieve y hielo les habrá templado el carácter. Y presumo que lo que vendrá después de estos dos primeros ejemplares solo puede mejorar.

Marcelo Retamal y Juan Luis Huerta, en Viñedos de Alcohuaz

Una observación acerca del nombre de estos vinos: con la fuerza telúrica de su origen, además de la magia de los cielos de Alcohuaz, era de toda lógica que estos estuvieran ligados a las estrellas, las constelaciones o a conceptos de espiritualidad ancestral. GRUS significa grulla en latín (un tema recurrente para Flaño), y es también el nombre de una constelación que se ve en los cielos del hemisferio sur. Como ave, la grulla transporta las cosas que vienen del mundo espiritual. RHU, por su parte, hace referencia al espacio de encuentro o intersección entre dos círculos (o entre dos mundos): uno divino (no visible) y otro terrenal.

Para las notas de cata, vea solovino.cl

Viñedos de Alcohuaz en 2012