Encantos secretos de Puerto Natales

A sus parajes naturales de sobrecogedora belleza, a su excelente gastronomía y oferta hotelera, Puerto Natales agrega una faceta poco conocida para muchos: la de una rica actividad horto-frutícola, con una producción que crece y se diversifica, coherente con la tendencia de dar prioridad a los productos locales.

Berries cultivados en invernadero, Puerto Natales

Tomates del invernadero de don Pedro González

Para quienes integramos el Círculo de Cronistas Gastronómicos y del Vino de Chile, tomar parte en la Copa Gastronómica de Puerto Natales ha sido siempre un gran placer y la mejor excusa para tomarle el pulso a una gastronomía regional que año tras año sorprende por su calidad, así como también a su excelente infraestructura hotelera. Este año 2016, la 8ª versión de la Copa se llevó a cabo a fines de abril, y como siempre, fue organizada por la Cámara de Turismo de la provincia de Última Esperanza y contó con el auspicio de la Municipalidad de Puerto Natales y de Sernatur Magallanes.

Navegando por el Seno de Última Esperanza

Fueron días en que también pudimos recorrer los potentes paisajes patagónicos, con glaciares, témpanos y bosques, y descubrir otras sorpresas que se esconden en esos parajes fríos y ventosos. Como su creciente producción horto-frutícola, ya sea en invernaderos o al aire libre (cuando las plantas son capaces de resistir las inclemencias del clima).

Sorprendida por la diversidad y buena calidad de las verduras y frutas que incluían varios platos de la competencia, y suponiendo que estos productos frescos vendrían de la zona central de Chile, mi asombro fue grande cuando me contaron que frutillas y lechugas, frambuesas y zarzaparrillas, perejil y cilantro, zanahorias ¡y hasta tomates!, eran cultivados a solo un par de kilómetros de los mismos restaurantes que tan creativamente los utilizan.

Ricardo Livingstone de Espacio Ñandú 

Pedro González, propietario de invernaderos

Ricardo Livingstone, propietario del restaurante Espacio Ñandú, uno de los participantes en el concurso gastronómico, se ofreció para llevarme a hacer un viaje de descubrimiento por diversos invernaderos ubicados en las afueras de Puerto Natales. Estos tienen una infraestructura sólida y capaz de resistir los intensos vientos patagónicos, y debo decir que mi asombro fue aún mayor cuando vi que algunos productores incluso están experimentando con el cultivo de parras y árboles frutales, como damascos y cerezas.

Si bien los costos de desarrollar estos productos en Magallanes son mucho mayores que hacerlo en zonas más templadas de Chile, el ahorro en transporte más que compensa esta notable iniciativa que para algunos se relaciona con el cambio climático y para otros, con el ingenio empresarial. Y en relación al sabor y el frescor, ni qué decir. Algunos incluso creen que una vez que empiece a funcionar otra vez la pista de aterrizaje de Puerto Natales, muchas de las frutas y verduras producidas allá serán “exportadas” a otras regiones de Chile como verdaderas exquisiteces. ¡Habrá que ver!

El sabroso plato ganador de Restaurante Aldea

En relación al concurso, el jurado estuvo compuesto por Pilar Larraín y Rodrigo Martínez, ambos integrantes del Círculo de Cronistas Gastronómicos y del Vino, además de Marco Rivas, chef del Hotel The Ritz Carlton Santiago. Los ganadores (en la categoría de platos salados) fueron los restaurantes: Aldea (1er. lugar), El Caminante (2º lugar), y G-Sushi (3er lugar), además de una Mención honrosa para el Restaurante Cacique Mulato. En la categoría dulces, los ganadores fueron Entre Vientos (1er lugar), Cormorán de las Rocas (2º lugar), y El Caminante (3er lugar).

El espectacular glaciar colgante Balmaceda 

Como una atracción adicional, los organizadores de la Copa Gastronómica organizan cada año un paseo por los espectaculares parajes de la zona. En esta oportunidad, la excursión fue por barco hacia los glaciares Serrano y Balmaceda, culminando con un asado de cordero en la Estancia Perales.

Glaciar Serrano 

Fotos de Harriet Nahrwold (©)