El sauvignon blanc se toma Curicó

La larga historia vitivinícola de Curicó ha estado tradicionalmente más ligada a tintos y a grandes volúmenes que a proyectos pequeños y personalizados. Aún así, en los últimos años, los blancos han jugado un rol importante en este gran valle que presenta un variado mosaico de suelos y microclimas. Sus productores han estado reemplazando la poco apreciada sauvignonasse por clones más refinados de sauvignon blanc, y algunos hasta se han atrevido con formas novedosas de vinificación. Un gran avance para una cepa que se impone con fuerza entre los consumidores de todo el mundo.

Valle de Curicó, sector de Sagrada Familia

Más allá del progreso que han mostrado los sauvignon blancs de Curicó, me parece que los productores del valle aún no son suficientemente audaces para explorar otros sectores que no sean los de la zona intermedia, esa que está adyacente a la carretera 5 Sur. Allí los suelos son profundos y gredosos y el clima caluroso, lo que no resulta muy propicio para vinos de gran carácter. Sus terrenos más costeros, como Licantén por ejemplo (algo así como el equivalente curicano de Paredones), son todavía insignificante para la vitivinicultura, y solo unos pocos han osado encaramarse hacia las alturas cordilleranas. Y sin embargo es justamente en ambos extremos donde me parece que Curicó esconde su mayor potencial para producir vinos distintivos, tanto blancos como tintos.

Viña Aresti, Trisquel Sauvignon Blanc 2015, Hualañé

Precisamente de Hualañé (que se ubica en el sector oriental de la Cordillera de la Costa) viene el Trisquel Sauvignon Blanc 2015 de Viña Aresti, una bodega que está apostando cada vez más por Curicó. Elaborado con uvas que compran a un productor (¿podría ser de Viña La Ronciere?) es un vino que si bien no es exuberante en la nariz (cosa que en lo personal agradezco), muestra en boca una rica mineralidad que se integra con una buena mezcla de frutos cítricos y tropicales y una suave redondez. Un buen compañero para numerosos platos, desde pescados y mariscos hasta aves y pastas.

Viña Miguel Torres ChileSanta Digna Sauvignon Blanc 2016 

El Santa Digna Sauvignon Blanc de la curicana Viña Miguel Torres Chile solía poner al Valle Central como su origen en la etiqueta (¿podría ser que tuviera algo de uva de Leyda o Casablanca?), pero en su versión 2016 ya no lo especifica, dándole mayor importancia a la bodega que al origen. Para quienes le han seguido la pista a Viña Torres, que hace ya varias décadas le cambió el paradigma a los blancos en Chile, este es todo un clásico, un vino de gran intensidad, bien cítrico y gustoso, ideal para el aperitivo, para acompañar quesos frescos o simplemente para disfrutar de una copa en cualquier momento.

Viña Millamán, Estate Reserve 2016

Otro destacado sauvignon blanc de Curicó es el Estate Reserve 2016 de Viña Millamán. Elaborado con fruta que la familia Cánepa cultiva en su campo ubicado a orillas del río Mataquito, este sauvignon es sencillo y honesto, pero muy grato y fácil de tomar. Además de su excelente relación precio-calidad, presenta duraznos blancos maduros y toques cítricos con algunas notas herbáceas. Para el atardecer en la terraza.

Fotografías de Harriet Nahrwold (©)